[ Pobierz całość w formacie PDF ]

repente . No sabía que yo estaba en camino y trató de hacer lo que pudo para salvar a la niña, lo sé. Pero apenas
unas pocas horas más y habría podido utilizar su ayuda, quizá con éxito. Desde luego, podría haberle salvado.
 No comprendo lo que le sucedió  dijo Elric.
 Ni siquiera yo misma entiendo bien la causa de su caída  dijo ella , pero explicaré lo que pueda. Por esa
razón os pedí que me acompañarais. No desearía que nadie nos oyera. Y debo pediros vuestra palabra de que seréis
discreto.
 Siempre lo soy.
 Para siempre  exigió ella.
 ¿Para siempre?
 Tenéis que prometerme no decir nunca a nadie lo que voy a deciros hoy, ni volver a contar ningún
acontecimiento que sea el resultado de lo que os diga. Tenéis que aceptar comprometeros con un código propio de
los ladrones de sueños, aunque no pertenezcáis a los de nuestra profesión.
 ¿Por qué razón?  preguntó Elric atónito.
 ¿Queréis salvar a su Joven Santa? ¿Vengar a Alnac? ¿Liberaros vos mismo de la esclavitud de la droga?
¿Ajustar ciertas iniquidades en Quarzhasaat?
 Desde luego que sí.
 En tal caso, podemos llegar a un acuerdo, pues lo cierto es que, a menos que nos ayudemos el uno al otro,
vos, la niña y quizá yo misma estaremos muertos antes de que se desvanezca la Luna de Sangre.
 ¿Estáis segura?  preguntó Elric con un hosco regocijo . ¿Quiere eso decir que sois también un oráculo?
 Todos los ladrones de sueños lo somos en cierta medida.  Ella se mostraba casi impaciente, como si hablara
con un niño que comprendiera las cosas con lentitud. Se contuvo . Os ruego que me disculpéis. He olvidado que
nuestro arte es desconocido en los Reinos Jóvenes. De hecho, es bastante raro que viajemos a este plano.
 He conocido a muchos seres sobrenaturales en mi vida, milady, pero pocos que parezcan tan humanos como
vos.
 ¿Humanos? ¡Pues claro que soy humana!  exclamó con extrañeza. Luego, desapareció el ceño fruncido de
su frente . Ah, olvidaba que sois al mismo tiempo más sofisticado y menos erudito que los de mi profesión.  Le
dirigió una sonrisa . Todavía no me he recuperado del todo de la innecesaria disolución de Alnac.
 No tendría por qué haber muerto.  Elric habló con un tono de voz inexpresivo en el que no había ningún
matiz interrogativo. Había conocido a Alnac el tiempo suficiente como para considerarlo su amigo. Comprendía
algo la pérdida de Oone . ¿Y no hay forma alguna de revivirle?
 Perdió toda su esencia  dijo Oone . En lugar de robar un sueño, le robaron el suyo.  Hizo una breve
pausa y luego habló con rapidez, como si temiera lamentar más tarde sus palabras . ¿Me ayudaréis, príncipe
Elric?
 Sí  respondió sin vacilar . Si es para vengar a Alnac y para salvar a la niña.
 ¿Aunque os arriesguéis a correr el destino de Alnac? ¿El destino que vos mismo habéis presenciado?
 Aun así. ¿Acaso puede ser peor eso que morir a causa del poder de lord Gho?
 Sí  se limitó a responder ella.
Elric se echó a reír ante su franqueza.
 Ah, está bien, da lo mismo. ¡Da lo mismo! ¿Cuál es vuestra propuesta?
Ella volvió a mover la mano hacia los pétalos plateados, al tiempo que equilibraba el báculo entre los dedos.
Tenía el ceño fruncido, como si todavía no estuviera muy segura de tomar la decisión correcta.
 Creo que sois uno de los pocos mortales de esta tierra capaces de comprender la naturaleza de mi profesión,
de saber lo que quiero decir cuando hablo de la naturaleza de los sueños, de la realidad, y de cómo se entrecruzan.
También creo que poseéis hábitos mentales que os convierten si no en un perfecto aliado, sí en alguien de quien
puedo depender hasta cierto punto. Nosotros, los ladrones de sueños, hemos convertido nuestra profesión en una
ciencia que, lógicamente, no tolera ninguna ley consistente. Últimamente se nos ha permitido practicar nuestro arte
gracias, en buena medida, a que somos capaces, hasta cierto punto, de imponer nuestra propia voluntad sobre el
caos con el que nos encontramos. ¿Tiene eso algún sentido para vos, príncipe Elric?
 Creo que sí. En mi propio pueblo hay filósofos que afirman que buena parte de nuestra magia no es más que
la imposición de una voluntad poderosa sobre la materia fundamental de la realidad, una habilidad, si queréis, para
lograr que los sueños se conviertan en realidad. Algunos afirman incluso que todo nuestro mundo fue creado de ese
modo.
Oone pareció complacida ante sus palabras.
 Bien. Sabía que teníais ciertas ideas que no me sería necesario explicaros.
 Pero ¿qué queréis que haga?
 Quiero que me ayudéis. Juntos podemos encontrar un camino para llegar a lo que los Aventureros Brujos
llaman la Fortaleza de la Perla y, al hacerlo así, uno de los dos, o incluso ambos, podemos robar el sueño que ata a
esa niña al sueño perpetuo, liberarla para que recupere la vigilia, y hacerla volver a su pueblo, a su capacidad de
vidente y a su orgullo.
 ¿Queréis decir entonces que ambas cosas están unidas?
 Elric empezó a incorporarse, ignorando el anhelo sempiterno que sentía por la droga . ¿La niña y la Perla?
 Creo que sí.
 ¿Cuál es el eslabón que las une?
 No me cabe la menor duda de que al descubrir eso descubriremos también la forma de liberarla.
 Disculpadme, lady Oone  dijo Elric con amabilidad , pero me da la impresión de que sois tan ignorante
como yo.
 En cierto modo, eso es cierto. Pero antes de seguir debo pediros que juréis el Código del Ladrón de Sueños.
 Lo juro  dijo Elric, y extendió la mano en la que su Acto-rios brillaba para demostrar que lo juraba sobre
uno de los artefactos más reverenciados por su pueblo . Os lo juro por el Anillo de Reyes.
 En ese caso, os diré lo que sé y lo que deseo de vos  siguió diciendo Oone.
Pasó la mano libre por el brazo de Elric y lo condujo un poco más allá, hacia los bosquecillos de palmeras y
cipreses. Al percibir la estremecida hambre que había en él, que anhelaba tomar la terrible droga de lord Gho,
pareció mostrarle cierta simpatía. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • alwayshope.keep.pl
  •